Esta es la última receta que publiqué en el blog antiguo y con la que lo cerré, de ahí ese largo comentario inicial que he preferido mantener.
Con
esta receta termino este blog que tantos años ha durado, pero que no ha sido
muy rico en recetas.
El
propósito era hacer más, pero diversas dificultades personales lo impidieron,
han sido siete años y sólo 100 recetas, todas ellas buenas recetas que creo que
habrán gustado a alguien. No hubo muchos comentarios a pesar de ser muy
visitado, pero el éxito de público a veces no se consigue.
Ahora
dispongo de más tiempo y energía, por eso y por haber encontrado otra
plataforma que me permite hacer más cosas como yo quería, es que he abierto un
nuevo blog, se llama, no podía ser de otra forma, Buen Menú 2.0. Nombre que
permite recordar el anterior y que denota esa segunda versión. Agradezco a la
plataforma Miarroba el hecho de alojar mi blog que en el momento de su creación
era la que mejor se adapta a mis pretensiones.
Ya
he traspasado todas las recetas allí, también encontrarán de nuevas y otras
cosas como reseñas de libros, etc.
Adiós
pues y como se dice ¡El Rey ha muerto, viva el Rey!
Esta
última receta tiene una historia interesante. La aprendió mi madre de una película
americana antigua en blanco y negro que trataba sobre ingleses y españoles, que
como siempre en las películas de época americanas, los españoles éramos los
malos y los “pobrecitos” piratas ingleses los buenos. Nunca el cine americana
ha sido fiel a la historia.
La
cuestión es que una de las actrices principales la preparaba y mi madre la
copió.
Sólo
recuerdo la anécdota, no la actriz ni el nombre de la película que era algo
relacionado con Blanca de Castilla.
Es
un postre fácil y que tiene cierto predicamento en la zona asturiana y gallega,
parece venir de las francesas tortillas al licor, pero entramos en una historia
confusa.
Disfruten
de la receta que es muy fácil y deliciosa y les espero en mi nuevo blog y, entretanto
vigilen su alimentación.
INGREDIENTES:
Para 1 personas
- 1 huevo grande
- un chorrito de leche
- 2-3 cucharadas de azúcar
- 50 ml de ron añejo
- Aceite
PREPARACIÓN:
Batimos bien el huevo al que habremos agregado la leche que da más esponjosidad a la tortilla.
En una sartén antiadherente, con muy un
poco de aceite, hacemos la tortilla como una tortilla francesa plegándola por
los lados y que quede hecha.
En la misma sartén rociamos la tortilla
con el azúcar, más o menos azúcar según nos guste más o menos dulce.
Bañamos con el ron y flambeamos que quede
el azúcar ligeramente caramelizado.
Servir bien caliente, se puede acompañar
de una bola de helado o de unas galletas.
El añadido del azúcar y el flambeado se
puede realizar en la mesa, en un plato, quedará más efectista. Cuidado con
quemar al comensal. Se puede hacer con otro licor como kirsch, coñac o anís.
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