Como
es costumbre de la casa otra receta sencilla. Hoy unos pastelitos salados de
jamón y queso. Muy fáciles de realizar y que quedan estupendos para un
aperitivo. Los ingredientes son fáciles de encontrar y su ejecución no presenta
ningún problema.
La
receta la saqué del blog “Mis platos favoritos” que a su vez lo copio de Aroma
a Canela y Limón. O sea que por lo que voy viendo de visitar cada día un montón
de blogs de recetas, en muchos de ellos se ven recetas copiadas de otros, a
veces sin variaciones y otras cambiando cosas. El otro día me topé con una
receta que había pasado por cuatro blogs. No estoy diciendo que esté mal dicha
práctica, sólo lo expongo como un hecho. Yo mismo lo estoy haciendo y lo haré,
así que basta de cháchara y vamos a la receta.
En
el blog de donde la saqué las llamaban magdalenas saladas, pues utilizaba el
molde de magdalenas para hacerlo. Yo, como molde, he utilizado unos moldes de
aluminio de la casa Albal qué son para hacer flanes, hay que poner la oblea con
cuidado de que no quede muy arrugada y para ello iremos repartiendo los
dobleces que se forman.
No
añadan sal, pues con el jamón y el queso curado quedan suficientemente salados.
De queso utilicé gouda curado, pero pueden utilizar cualquier otro queso curado
o, si quieren un sabor más suave, uno semicurado o tierno.
Los
ingredientes señalados son para 6 pastelitos, que son las obleas que tenía en
ese momento, para mayor cantidad de pastelitos adecuen las cantidades. Pueden
servirlos de aperitivo con un vermú o una cerveza fresquita y si me apuran con
un finito frío.
Nada
más, pónganse manos a la obra y recuerden que deben vigilar su alimentación.
INGREDIENTES:
Para 6 pastelitos
- 6 obleas grandes de La Cocinera
-
1 bric de nata para cocinar de 200 ml. 18%m.g.
- 2 huevos
- 65 gr. de jamón serrano en taquitos
- 70 gr. de queso curado en taquitos
- pimienta, nuez moscada
- queso rallado
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 180ºC.
Ponemos las obleas en los moldes con
cuidado que no se rompan y que queden los dobleces bien repartidos.
Batimos los huevos con la nata, la
pimienta y la nuez moscada. Está ultima es opcional. Rellenamos los moldes con
esta mezcla. Espolvoreamos con el queso rallado y los ponemos al horno unos 20
minutos.
Los sacamos del horno, dejamos templar,
desmoldamos y los ponemos a enfriar en una rejilla.
Es mejor comerlos templados o a
temperatura ambiente.
Se guardan bien en la nevera unos cuantos
días.
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