Hace
tiempo que quiero hacer mermeladas, es cierto que sale más barato y rápido
comprarlas hechas, pero yo buscaba el placer ese de hacérselas uno mismo y con
ingredientes totalmente naturales, nada de conservantes, ni colorantes, ni
zarandajas.
Como
siempre busqué en google y encontré montones de recetas, básicamente muy
similares y sólo variaban en cuanto a cantidades.
Finalmente
encontré una en La cocina mágica de Manu, un blog estupendo que suele tener
cosas ricas, esta receta era sencilla y además no utilizaba tanto azúcar como
otras. También utiliza un par de especies, jengibre y cardamomo, que le dan un
sabor único.
Ya
no es tiempo de fresas, pero cuando la hice a final de temporada de fresas se
me quedó aparcada y hasta ahora no la he publicado, pero no importa que no haya
fresas, pues el sistema sirve para cualquier fruta y ya estoy pensando en
mango, ciruelas, claudias y en su momento de higos.
En
fin como siempre recuerden que se deben
utilizar potes bien esterilizados y que sean herméticos.
Les
dejo con la receta, que la disfruten y vigilen su alimentación.
INGREDIENTES:
- 1 Kg de fresas
- 500 gr de azúcar blanco
- 1 cucharadita de canela molida
- 1 trozo de jengibre (Como un pulgar)
pelado y rallado
- 3 vainas de cardamomo
- un pellizco de sal Costa
- 1 cucharada de vinagre balsámico
PREPARACIÓN:
Lavamos bien las fresas bajo el chorro de agua fría y les quitamos la parte del pedúnculo con un cuchillo pequeño.
Las colocamos en una cazuela grande junto
con el azúcar y vamos cociendo a fuego bajo. Cuando tomen temperatura y con un prensa
patatas o similar las chafamos hasta conseguir un puré.
Añadimos el vinagre que realza el sabor
de las fresas y dejamos un par de minutos que se evapore. Añadimos las
especies, la canela, el jengibre y del cardamomo sacamos las semillas.
Dejamos cocinar sobre 1 hora con la
cazuela tapada y removiendo de vez en cuando, cuidado con el fuego que no se
queme o rebose el contenido como me pasó.
Pasado este tiempo colocamos la mermelada
en los tarros esterilizados y calientes, se tapan bien y se les da la vuelta
para que haga el vacio. Dejamos enfriar a temperatura ambiente. Etiquetar y
guardar para consumir cuando se quiera, bien para desayunar, merendar o para
añadir a un yogurt o al mató o requesón.
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