Muchas
veces decimos que lo más sencillo acostumbra a ser bueno y realmente es así,
cuantas veces no hemos hecho una receta muy sencilla y hemos obtenido un buen
resultado.
La de
hoy es una receta sencilla, quizás la segunda receta más sencilla que he puesto
después de aquella de garbanzos con tomate. Es tan sencilla que a pesar de
haberla hecho muchas veces, pues mi madre ya la hacía, no se me había ocurrido
ponerla. Pero el otro día en unas hojas insertas en la revista Semana y con
recetas de Arguiñano salía.
Muchas
veces Arguiñano hace recetas muy simples, las adorna un poco para hacerlas
diferentes y ya está. La receta es básicamente como la hacía mi madre, solo
varía en la adición de ajos y las laminas de jamón serrano de adorno.
Poca
cosa hay que añadir explicando esta receta pues de puro fácil no admite muchos
comentarios. El único que quiero hacer es que tengan cuidado al hacer el jamón
al horno y no se les quede tostadísimo como me pasó con las primeras lonchas
que hice, se trata solo de secarlas y que queden ligeramente crujientes.
En la
foto han quedado de un color un poco raro, pero es cuestión de foto y no he
podido arreglarlo.
Así
pues les dejo con la receta y como dice Arguiñano vigilen su alimentación que
por la boca entra la salud y la enfermedad.